Agosto ya no es un mes cualquiera en Codazzi. Si alguna vez lo fue, eso quedó atrás. Este octavo mes del calendario se ha convertido en la plataforma donde se mezclan la cultura, el turismo, las creencias, el deporte, la música, la economía y, por supuesto, la política. Todo con una intensidad que no se recuerda desde hace décadas. El municipio no solo vive un momento especial, lo está provocando. Se está moviendo como nunca, y ese movimiento está empezando a sacudir la identidad misma de lo que hemos sido.



Codazzi abre agosto con su calendario repleto. Del 6 al 9 se realiza el Salchifest, una feria gastronómica que busca posicionarse como el epicentro del sabor alternativo en el Cesar, y que muestra cómo la creatividad culinaria también puede convertirse en motor de desarrollo. Luego, el 10, llega la segunda edición de la carrera atlética Codazzi Bonito, con 1.500 corredores que no solo pondrán a prueba sus límites, sino que también demostrarán que el deporte es un pilar de transformación social.


El gran hito cultural llegará con la fusión histórica del Festival de Música Vallenata en Guitarra y el Encuentro Regional de la Cultura que organiza Aprocoda. Esta unión no solo es una decisión logística o simbólica: es una declaración de intenciones. Codazzi está listo para mostrarle al departamento —y al país— que su potencial folclórico y cultural puede crecer sin fragmentarse. El 14 de agosto, el desfile folclórico será el más grande del año en el Cesar, con más de 100 comparsas y carrozas con artistas en vivo, algo nunca antes visto en el municipio. Y del 15 al 17, la conmemoración de la fiesta máxima de los codacenses: el Festival de Música Vallenata en Guitarra, declarado Patrimonio Cultural de la Nación.




Paralelo a esto, el 15 y 16 se realizará una feria de emprendimiento con más de 250 iniciativas locales, así como la ruta turística por la serranía, un recorrido que invita a descubrir un Codazzi lleno de aventura y biodiversidad.
Pero mientras todo esto ocurre en las calles, otra transformación avanza desde los planos y las decisiones estructurales: el inicio de la construcción del multicampus universitario, el programa de pavimentación más ambicioso en la historia local, y la puesta en marcha del Plan Básico de Ordenamiento Territorial (PBOT) después de más de 20 años. Todo esto representa una apuesta real por el desarrollo estructural del municipio.
Este enfoque lo ha entendido el alcalde Hernán Eduardo Baquero Rodríguez, quien ha comenzado a colocar la piedra inicial para proyectar un municipio con miras a convertirse en una ciudad intermedia. Ya no se trata solo de discursos. Las acciones muestran una ruta trazada, una visión clara que integra cultura, infraestructura, educación, planificación y participación.

¿Estamos entonces frente al nacimiento de una ciudad intermedia? Puede sonar prematuro, incluso arriesgado. Pero todo gran cambio comienza con una voluntad férrea y una hoja de ruta. Si Codazzi logra sostener este ritmo, blindar sus avances y organizar sus procesos, no sería descabellado pensar en un futuro donde esta tierra que suena a guitarra, también suene a progreso estructurado.
El reto es no perder el foco. No dejar que la emoción del momento se vuelva rutina sin fondo. Y, sobre todo, que la gente —la verdadera protagonista de todo esto— sienta que esta transformación también les pertenece.
Porque una ciudad no nace solo con obras: nace cuando sus habitantes empiezan a vivir distinto.