Lo que debía ser una noche de diversión terminó en tragedia. María José Ardila, una joven de 23 años, murió tras aceptar un reto de consumo extremo de licor en una discoteca del barrio El Peñón, al oeste de Cali. El desafío consistía en beber seis rondas de alcohol en menos de diez minutos, sin poder tomar agua.

Según testigos, el público aplaudía y sus amigos la animaban, mientras el organizador del concurso insistía en que no se detuviera. Pero cuando estaba a punto de terminar, María José dijo con dificultad: “Está horrible”, y colapsó. Vomitó, broncoaspiró y permaneció 17 minutos sin oxígeno antes de llegar a la clínica, donde fue declarada con muerte cerebral.

Su familia denuncia que el establecimiento no contaba con paramédicos ni ambulancia para atender emergencias. “Mi hija se estaba muriendo y nadie la ayudó, solo grababan”, expresó su padre con indignación.
El caso ha causado conmoción en todo el país y abrió un debate sobre la responsabilidad de los establecimientos que promueven este tipo de retos con alcohol, así como la falta de conciencia entre los jóvenes al participar en ellos.



