La Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó una reforma constitucional que permite la reelección indefinida del presidente, extiende el mandato presidencial y elimina la segunda vuelta electoral.
Reforma relámpago con mayoría oficialista
En una votación exprés, 57 de los 60 diputados del Congreso —la mayoría pertenecientes al partido Nuevas Ideas, liderado por Nayib Bukele— aprobaron una reforma a la Constitución que cambia de forma profunda el sistema político salvadoreño.
Los cambios permiten la reelección presidencial indefinida, extienden el mandato presidencial de cinco a seis años, eliminan la segunda vuelta electoral y sincronizan las elecciones presidenciales, legislativas y municipales. Además, se acortó el actual periodo presidencial, adelantando las elecciones generales para marzo de 2027.
¿Una reforma que favorece a Bukele?
Con esta decisión, Bukele queda habilitado para postularse nuevamente, en un contexto en el que goza de altísima popularidad gracias a su política de seguridad que ha reducido drásticamente los niveles de violencia en el país. Sin embargo, su estrategia se basa en un régimen de excepción que ha sido fuertemente criticado por organismos de derechos humanos, ya que permite detenciones sin orden judicial.
Oposición e internacionales alzan la voz
La decisión fue rechazada por sectores de la oposición que consideran que esto representa el fin de la democracia en el país. “Este día ha muerto la democracia en El Salvador”, aseguró la diputada opositora Marcela Villatoro, quien además denunció que la reforma fue aprobada durante una semana festiva, cuando la atención pública es baja.
Desde Human Rights Watch, su directora Juanita Goebertus alertó: “El Salvador recorre el mismo camino que Venezuela”. Por su parte, Miguel Montenegro, coordinador de la Comisión de Derechos Humanos, aseguró que “las reformas llevan a un desequilibrio total en la democracia que ya no existe”.
En respuesta a las críticas, Bukele declaró durante su discurso de primer año de segundo mandato: “Me tiene sin cuidado que me llamen dictador”.